viernes, 10 de febrero de 2012

Un cuerpo pensado.

He apreciado últimamente el surgimiento o mas bien re-surgimiento, de gran cantidad de terapias alternativas y  tratamientos que creo comparten algo fundamental: el objetivo de calmar ansiedades, experimentar nuevas emociones, nuevas percepciones en síntesis darle lugar a nuestro cuerpo.
Estas terapias surgen en base a la necesidad de un cambio, sobre todo en la población occidental, y esto no es casual, pues los occidentales siempre nos hemos caracterizado por esta inclinación, la de ser excesivamente pensantes. Sentimos y hacemos pero en gran medida con nuestra mente.  Hemos estado evolucionando (por decir de algún modo) mentalmente, pero involucionando en otros aspectos. De repente somos una mente, nos identificamos con ella y vivimos nuestras vidas a través de ella, de fantasías, utilizando la “intelectualizacion” como medio de expresión fundamental.
Llamamos Intelectualizacion a: un mecanismo de defensa por el que el sujeto enfrenta conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo generalizando o implicándose en pensamientos excesivamente abstractos para controlar o minimizar sentimientos que le causan malestar. Como si el poner palabras en cada emoción, en cada conflicto, hiciera que resultase más fácil el control de las mismas.

Pero de que nos estamos defendiendo a través de este mecanismo de intelectualizacion?

De un miedo desmedido a sentir nuestro propio cuerpo, miedo a comprometernos, con uno mismo, con otros, con la vida. Miedo a sentir y demostrarlos.
Pues, internamente y en ocasiones muy a pesar nuestro, tenemos la convicción de  que si nos comprometemos afectivamente, podremos perder el control  y sentirnos desbordados por estos estados afectivos. Y como consecuencia seremos débiles, frágiles ante otro/s y ante nosotros mismos.

Que consecuencias podrían traer asociadas el miedo a perder el control?

Ante todo el aislamiento emocional. Si tratamos de mantener nuestros “afectos” aislados, encerrados en una burbuja, anestesiados, entonces creemos será mas fácil de controlarlos y que no nos “traicionen”, traduciendo esto en hechos, observamos gran cantidad de personas, que aunque los encontremos a toda hora rodeado de gente, en su interior se sienten solos, escudados tras una fachada que tergiversa la verdadera sensación de soledad.
De esta forma creamos un conflicto interno: Por un lado intentamos  mantener a raya nuestros afectos pero por otro nos estamos prohibiendo la posibilidad de amar, esa palabra tan amplia, tan cursi para algunos, pero indefectiblemente necesaria para sanar.  
Este conflicto, además,  puede manifestarse en nuestro cuerpo con alguna enfermedad o malestares que hacen intensificar nuestro aislamiento y mirada negativa sobre nosotros mismos.

 En definitiva la tendencia al aislamiento y acrecentamiento o exceso de intelectualizacion van de la mano y se alimentan uno de otro.

El temor a perder el control, aparece relacionado además, a la necesidad de no perdernos la instancia de las posibilidades, ese abanico lleno de promesas, de sueños, de deseos sin concretar. Nuestra mente nos hace creer que, mientras estas no se concreten podrán ser manipuladas, y yo diría que el alivio de no llevarlas a cabo, es el de no correr riesgos, el riesgo de sentir, de disfrutar, de equivocarnos, de crecer y entonces postergamos infinitamente, nos llenamos de sueños no realizados, de amores sin compromiso, de tareas interminables, todas apiladas, comprimidas en nuestra mente, obstruyendo la capacidad de pensar y actuar con claridad y objetividad.

Para aliviarnos realmente, debemos des-identificarnos de la mente, abandonar esa necesidad de ‘control’ constante a través de nuestra mente, pues hay situaciones, sucesos que no dependerán de nosotros.
Esto no implica dejarnos pasar por encima por los hechos que nos atemoricen o tengamos que resolver, sino más bien estar atentos, despiertos a la hora de responder. La diferencia no radica en los sucesos sino mas bien en como respondemos ante ellos.
Por todo esto creo vale el intento de dejar aparecer nuestro cuerpo, y si para esto necesitamos un nuevo método que nos ayude a liberarnos de nuestra mente, entonces creo no hay motivos para no tenerlos en cuenta. Cuando logremos acallar nuestra mente, junto con todos sus pretextos, ilusiones y falsas creencias, nuestro cuerpo podrá surgir.
Nuestra mente no puede suplantar a nuestro cuerpo, tampoco puede proporcionarnos el placer que produce sentir, sentir con cada uno de nuestros sentidos, con cada parte de nuestro cuerpo, con el corazón.
Somos seres formados por diferentes aspectos, pero todos conviven dentro nuestro y están intrínsecamente relacionados, por  eso es importante no desatenderlos, desmerecerlos o fraccionarlos.

Es hora de dejar de pensar a nuestro cuerpo. Empecemos a sentirlo, silenciemos la mente, corramos el riesgo, soltemos las riendas…


Lectura Recomendada:

-          El poder del Ahora. Autor: Eckhart Tolle.
                                                                                     

                                                                                 Tania D’Andrea
                                                                                    Psicóloga.

martes, 6 de diciembre de 2011

“Ensayo y error” como aprendizaje: puede devenir en “Ensayo, error y temor al castigo?"

Desde que nacemos y durante toda la niñez actuamos por ensayo y error para obtener aprendizajes a partir de ello, ya sean motrices, intelectuales, recursos psicológicos, y otros que persistirán en nosotros a lo largo de nuestras vidas pues han sido prueba que sirven a nuestra supervivencia como seres humanos.
Asi por ejemplo;
Un niño/a de dos años comienza a incorporar la noción de pequeño y grande y esto le permite levantar una torre. Primero probara seguramente con un pieza errónea, luego con otra, luego con otra hasta que un día se encuentra a si mismo construyendo la torre de bloques desde el mas grande al mas pequeño y festeja su logro alegremente después de sus múltiples intentos. Esto corresponde a un aprendizaje de tipo cognitivo  y a la vez, el reconocimiento de su logro, favorecerá su autoestima lo que seria además un aprendizaje que afecta positivamente su aspecto emocional.

Expuesto de esta forma parece un proceso sencillo, natural  y hasta saludable me animaría a decir. Pero que sucede, cuando estas instancias de ensayo y error que sirven a nuestro aprendizaje (físico, emocional, cognitivo) son excesivamente supervisadas, severamente criticadas y/o altamente exigentes?
Ante los requerimientos excesivos por parte de los padres, educadores o quienes cumplan dicha función, el niño/a ira incorporando a su esquema de aprendizaje la necesidad de:
-Revisar una y otra vez lo hecho, pero esta vez no con el fin de aprender sino con la de -agradar a quien le exige y supervisa. Y esto lleva implícito la duda y  la falta de confianza hacia si mismo.
- También podría limitar su exposición en público por miedo al ridículo, a no ser aceptado.
- Podria alimentar la necesidad de compararse continuamente con otro/s que estos adultos señalan como “mejores”.
- Hasta  evitar transitar el camino del aprendizaje en si mismo: adquirir un nuevo conocimiento, una nueva habilidad por el solo hecho del temor al castigo del que podría ser victima si comete mas errores de lo permitido, (permitido por ese otro que exige) o le llevara mas tiempo que a otros.
y tantos otros prejuicios impuestos desde afuera que no hacen mas que convertirnos en personas que quedan abatidas antes de comenzar la lucha, que no se permiten el tiempo necesario para equivocarse, pero equivocarse para aprender, sin temor a que los demás se burlen, aprender a dejar que los bloques se caigan y volver a construir, pero construir a conciencia, asegurando la base con un gran bloque.
Es una gran misión para padres y educadores, la de no permitirnos interferir en el aprendizaje de los niños de modo tal que hagamos de ese momento de APRENDIZAJE, un momentos de temores.
Darles el tiempo que precisen, a la velocidad que puedan, festejar sus logros, respetar sus caídas, y cuando veamos que están por cometer un error evaluar antes cuanto le ayudamos o perjudicamos el evitarles que se equivoquen, porque ese si puede ser nuestro gran error.
Debemos restituir el lugar del Error, ya no como fracaso, sino como OPORTUNIDAD. Una oportunidad para crecer, para superarnos, para desarrollar nuestra voluntad y esfuerzo. Porque muchas veces, no animarse a equivocarse, es no animarse a crecer.
No quiero despedirme sin antes aclarar, nuestra función como padres no queda desdibujada en esta tarea, pues los limites claros y precisos deben estar, así como la de estar atentos a su seguridad e integridad de los niños. Creo que la cuestión aquí es no excederse en las exigencias que transmitimos a los niños y coartan sus capacidades innatas de expresión y aprendizaje de las que muchos de nosotros deberíamos aprender o mas bien…recuperar como niños que alguna vez fuimos.

                                                                                                                       Tania D'Andrea
                                                                                                                           Psicologa

miércoles, 12 de octubre de 2011

La importancia de la Inteligencia emocional en la educación.

Mucho se habla de la importancia de la educación de nuestros hijos, sobre todo la enseñanza de contenidos académicos como  la matemática, la literatura, la historia, geografía, etc, y es verdad, todos estos son importantes para desenvolvernos en nuestra vida, pero que hay de los conocimientos acerca de nosotros mismos?, de nuestras emociones, nuestras conductas, nuestros pensamientos y sentimientos?
No creen deberían formar parte de la enseñanza tradicional?
Acaso no son estos últimos quienes nos acompañaran en cualquier carrera, proyecto, idea, que queramos emprender?
Estoy convencida, que es de gran importancia  la enseñanza, tanto en escuelas como hogares,  de cada una de nuestras emociones y el control sobre ellas, pues el éxito o fracaso de las personas no dependen exclusivamente de su inteligencia intelectual, sino mas bien de su inteligencia emocional. Podremos tener gran capacidad para el aprendizaje de conocimientos académicos, pero si no tenemos las herramientas necesarias para ponerlas en práctica, de poco sirven la acumulación de datos incorporados durante la escolaridad si no sabemos hacer un uso adecuado de ello.
Quizás hayan escuchado o leído en alguna ocasión,  situaciones en las que “un importante medico”, “un audaz abogado en su campo” y cuantos otros profesionales con altos niveles intelectuales,  que se ven envueltos en absurdas historias. Como el de una médica de los EE.UU. que por su alto grado de inseguridad, y otros factores emocionales, la llevaron a deslizarse por la chimenea de la casa de su prometido, (creyendo que lo encontraría con otra mujer) y quedando atrapada, murió ahogada en el intento. Seguro conoceremos otros casos menos usuales que este pero donde se interpreta lo mismo: Los impulsos y sentimientos descontrolados pueden ganarle a nuestra inteligencia Intelectual y hacernos pasar un momento de estupidez suprema.
La inteligencia intelectual puede resultar victima de estos arrebatos emocionales.

Ahora retomemos la idea principal, el aprendizaje por parte de  nuestros hijos de la razón de ser de nuestras emociones y como hacer que estas no nos jueguen en contra.
Pero para empezar, corresponde antes, hacer un gran esfuerzo y aprehender aquello que luego vamos a transmitir, pues como lograr que otros hagan lo que les digo, sino es por IMITACION? Mostrando un modelo a seguir.
El viejo dicho: “Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”…no funciona. En nuestras mentes y cuerpos quedan gravados con mayor ímpetu, las imágenes que las palabras.
Seguramente se han encontrado repitiéndose a si mismos frases como: “No quiero hacer lo mismo que hacían mis padres porque no resultaba beneficioso para nadie y yo sufría.” Y en cuanto nos descuidamos estamos transitando por el mismo terreno resbaladizo, aquel  que quise evitar con todas las fuerzas. Entonces…lo único que pudimos registrar como resultado es pura CONTRADICCION, entre el hacer y el decir.

Si trasladamos esta idea a la función que tenemos como padres de disciplinar nuestros hijos, podemos pensarlo del siguiente modo:
Si al comportarse nuestros hijos, del modo menos deseado, castigamos con violencia física y verbal, estamos enseñando que ese seria el modo de resolver y cambiar aquello que no nos gusta, aunque les repitamos una y otra vez que la violencia no nos conduce a buen puerto, que la violencia solo trae más violencia, etc. Solo resultara pura contradicción entre lo que hacemos y lo que les transmitimos verbalmente.

Si gritamos exasperadamente, convirtiendo nuestro enojo (como padres) en un berrinche, tal y como nuestros hijos lo hacen, les enseñamos a perder el control fácilmente, a no encontrar el modo de expresar con PALABRAS, el enojo que les cause cualquier frustración. Y en esto me gustaría agregar lo que hoy vemos y oímos cada vez con mayor frecuencia: La violencia sin sentido, sin mediación de la palabra, en escuelas, en la calle, y en todos lados, pues ya no se soporta la diferencia, el pensamiento desigual, y se castiga, se violentan y hasta matan por no encontrar modo racional alguno de expresar el enojo, la discrepancia, la frustración. Esta es otra de las razones por las que las instituciones educativas, además de los padres, deberían formar parte de la enseñanza acerca de las emociones y su control.

Si discutimos con nuestra pareja, delante de los hijos y nos faltamos el respeto entre adultos, aprenderán que ese es un modelo de pareja. (malo o bueno, es un modelo)
Por estos ejemplos y otros tantos, es importante aprender a conocer nuestras emociones y el como adquirir el control sobre ellas.
En otra oportunidad podremos hablar acerca de cada uno de estos.

Para empezar a investigar cuantos sabemos sobre nosotros mismos, preguntémonos:

Como me siento hoy?
A que hechos o pensamientos se debe ese sentimiento?
Puedo modificarlo si no es de mi agrado?
Que técnicas o recursos utilizo para hacerlo?


                                                                                                       Tania D’Andrea
                                                                                                            Psicóloga.

lunes, 15 de agosto de 2011

Ideales …demasiado ideales?




Que es un ideal y Como se construye?

Podríamos decir que un ideal es relativo a las ideas, es aquello a lo cual aspiramos a ser o tener y creemos que de cumplirse, obtendremos con ello nuestra felicidad.
Es un modelo al que el sujeto intenta adecuarse constantemente e intenta alcanzarlo.
Este modelo ha sido construido  a partir de la vivencia con nuestros padres y/o sus substitutos e ideales colectivos, de acuerdo a cada  cultura y a la sociedad en la que nos desarrollamos.
Es una construcción, y lo importante de esta construcción es que al analizarla, nos permitirá revisar cuan favorable es a nuestra existencia, que tanto nos permite crecer, lograr objetivos, y alegrarnos por ellos.

Quiero referirme en este caso a Ideales autoinmunes, para identificar de algún modo a aquellos ideales que forman parte de nuestras vidas, que son parte de cada uno de nosotros, que crecieron junto con nosotros, pero que se volvieron contra nuestro propio ser, imponiéndose de manera absoluta, y formando asombrosas fantasías en torno a estas.
Son parte de nosotros, pero nos juegan en contra, y llevamos la de perder, por esto autoinmunes.

Como se alimentan?

Principalmente de comparaciones que hacemos sin darnos cuenta.
Se alimenta del hecho de compararnos inconsciente o conscientemente a nosotros mismos y a nuestra realidad, con la de otros, o mejor dicho, con lo que creemos ver de los otros.
Nos comparamos con fantasías, con ideas y con creencias. En esta competencia entre nuestra realidad y la que fue fantaseada, quien lleva la de perder, es la realidad propia de cada uno.
Juzgamos y criticamos a favor de los ideales, y son estos los que salen victoriosos construyendo una realidad paralela, inalcanzable, perfecta, de cómo “deberíamos ser” y “que deberíamos tener”.
Pero resulta que estos….”debería” son construidos por fuera de nosotros y luego los incorporamos como propios,  provocando las continuas comparaciones entre lo que somos y lo que (creemos) deberíamos ser.
En la ENVIDIA suceden estas comparaciones. Por ej: envidiar el auto del vecino, la casa de una amiga, el estilo de vida que llevan algunas personas, el cuerpo esbelto y delgado de quienes aparecen en algunas revistas, y todo lo que se nos ocurra que podamos envidiar.

Que efectos tienen sobre nosotros?

Vivimos momentos angustiantes y la ansiedad va en aumento por no poder alcanzar ideales demasiados elevados, pudiendo causar depresión, alejamiento y desconexión con la realidad.
Y nos castigamos, infinitas veces, por no ser la persona que nos hicieron creer que deberíamos ser, por el trabajo que conseguimos muy a pesar, por el mejor padre o mejor madre que debería ser, por la vida de pareja que debería vivir de otro modo, por los hijos perfectos que debería tener, por el cuerpo delgado que debería lucir y tantos otros: “DEBERIA…” Menospreciando así todo lo que somos y tenemos.
Muchas veces resulta devastador para el propio YO, que pretende complacer a todo lo ajeno a uno mismo, a aquellos ideales elevados, que lejos de impulsarnos a vivir para alcanzar nuestros sueños, lejos de eso, nos paralizan ante tanta perfección, tanta contradicción, tanta exigencia por alcanzar lo inalcanzable.

Como se re-construyen?

Comenzando a valorar y apreciar lo que somos y lo que hacemos.  Para esto es necesaria “La Aceptación.” Que esta vez, sea nuestra realidad, la que triunfe, para disfrutar de ella, recordando el camino recorrido y los esfuerzos hechos para conseguir cada logro que tuvimos para llegar a hacer lo que somos.
Una vez que hemos dado este paso podremos dar uno más: Pensar en nuevos objetivos a alcanzar, pero alcanzables estas vez!
Proponernos a nosotros mismos nuevos logros a corto o mediano plazo, y brindar, festejar una vez obtenido eso que nos propusimos.
La envidia también puede ser utilizada para un mejor propósito. Notar en otro/s algo que me motiva tener, es una oportunidad para pensar si realmente es algo que yo deseo o es una necesidad que es impulsada por la sociedad, por los ideales heredados de nuestros padres y quienes nos rodeaban de pequeños.
Si este ultimo es el caso, entonces planificar como puedo obtener eso que me moviliza, comenzando por un objetivo sencillo, alcanzable y que nos haga sentir bien al obtenerlo.

Analizando previamente:

Es algo que puedo alcanzar?
Como cambiara mi vida una vez que lo obtenga?
Seré mas feliz por ello?

Estos interrogantes y otros, podrán hacernos ver, si ese deseo que se ha puesto al servicio de nuestros ideales, es propio, o es el deseo de otros y hemos tomado prestado.

Elijamos Ideales que nos posibiliten crecer, avanzar, sentirnos felices al obtener cada logro, apartándonos de aquellos que nos paralizan, que nos presionan hasta provocar stress, y nos angustian por ser inalcanzables.

                                                                                                                   Tania D'Andrea
                                                                                                                         Psicologa

lunes, 1 de agosto de 2011

Emociones hambrientas.


Sabemos muy bien que la comida es un factor importante en nuestras vidas, pues nos permite, en principio, crecer, reponer energía utilizada, mantenernos saludables, etc. Pero este hábito, en ocasiones, puede convertirse en un modo de calmar la ansiedad; y quizás logre hacerlo momentáneamente, pero luego, esto, puede producir un mayor malestar ante la culpabilidad que conlleva haber comido de más.
Claro que me refiero a personas en que esta situación se ha transformado en un patrón, o habito más o menos constante y esto le preocupa.
En dicho caso, deberíamos preguntarnos entonces:  
“QUE ES LO QUE  ESTAMOS ALIMENTANDO?”
Nuestro organismo? o
Nuestro malestar emocional?

Como podemos diferenciarlos?

Al alimentar a nuestro organismo sentimos una sensación de saciedad y bienestar. Cuando sobrepasamos ese limite de necesidad fisiológica es donde frecuentemente expresamos: “Estoy por explotar”, “comí de mas”, “ese pedacito no debía haberlo comido”, etc. Esto nos da cuenta de cierta dificultad en el registro de nuestras  propias necesidades, y cuan satisfechos estamos frente a estas.
Habiendo comido en demasía y hecho presente el sentimiento de culpa, se promete a si mismo a cumplir estrictas dietas o realizar ejercicios, pero pocas veces se plantea cual es la verdadera causa de atiborrarse de comida, por que se presenta ese estado ansioso que no logramos controlar por nosotros mismos?
En estas condiciones, será muy difícil, respetar una dieta, si el peso que esta sintiendo, que le excede, proviene de un malestar emocional. Y solo conseguirá frustrarse aun más, por la imposibilidad de cumplirla.

Ante esta situación es recomendable tomar conciencia a la hora de alimentarse. Si estamos ansiosos y/o angustiados, debemos evaluar si vamos a alimentar nuestro organismo, o solo incrementar nuestro malestar emocional, porque este ultimo también puede alimentarse de comida, y aumentar su peso tanto como el peso corporal.
Por todo esto, y por muchas razones que aquí no expongo, pero que si deben considerarse,  es muy importante detectar nuestras emociones, que nos sucede realmente y encontrar el motivo que nos lleva  a esto.
Si bien parece sencillo, no lo es. Estamos acostumbrados en ocasiones, a poner una gran sonrisa en nuestro rostro, cuando en realidad en nuestro interior alberga otra emoción. Nos convertimos en un cúmulo de emociones negativas, y cuando ya no toleramos la situación, pretendemos solucionar todo de una sola vez, pero se hará de la peor manera, ya que todas las emociones, sentimientos, ideas y pensamientos estarán mezclados.

Una sencilla práctica que puede beneficiar este aspecto es mediante la acción de escribir diariamente las sensaciones que experimentamos  y las ideas que surgen alrededor de estas. Realizar esta tarea diariamente, es una manera de ejercitarnos en identificar nuestras emociones y luego buscar nuevas vías para expresar las que han interferido negativamente en nuestras vidas. Pensar en algunas posibles soluciones y las consecuencias que acarrean.

Algunas preguntas que pueden guiarnos:

-Que es lo que estoy queriendo tapar con esta conducta, que hace no la enfrente?
-Estoy castigando mi cuerpo por alguna razón de la que me creo culpable?
-Estoy tragando enojos, resentimientos, tristezas, o quizás un sentimiento de amor, que no logro demostrar saludablemente?
-Acepto mi cuerpo tal y como es?
-Creo que los demás esperan demasiado de mi? Y me auto-exijo por ello?

De este modo, al hacer concientes nuestros conflictos internos, podremos asociar el afecto/emoción, a la idea que lo origino, y luego actuar en consecuencia, pero mientras no cuestionemos esto, será difícil modificar el hábito formado, ya que posiblemente este  ha surgido como consecuencia de una manifestación psíquica que lo sostiene aun.
Si logramos estar concientes de aquello que nos resulta complicado, doloroso, y/o incomodo,  con el solo hecho de hablarlo, poniéndolo en palabras y dejando de “tragar” estas emociones, puede resultar aliviador.


Estas manifestaciones, demuestran cuan importante es el desarrollo de la inteligencia EMOCIONAL*, que no solo se vera reflejado en actividades diarias y básicas como lo es la alimentación, sino también en la capacidad de identificar sus emociones, darles un curso saludable a las mismas, lo que a su vez alentara relaciones interpersonales duraderas, amistosas y de respeto hacia los demás.
Adquirir este tipo de conocimientos acerca de sus propias emociones, los hará conocerse a si mismos y a los demás, lo cual desarrollara la EMPATIA,
Es importante aprender todo el abanico de emociones de que disponemos y diferentes respuestas de las que estén acostumbrados

Al decir de Aristóteles:

“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.”

* La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su célebre libro: Emotional Intelligence, publicado en 1995. Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.

Avances en salud: La Pnei (psiconeuroinmunoendocrinologia) Como afectan nuestros pensamientos y emociones sobre la evolución de una enfermedad?



Si nos detenemos en el instante en el que una persona esta recibiendo un diagnostico acerca de su enfermedad, la cual resulta incurable o de mucha gravedad, (ya sea psicológica u orgánica), el paciente responde automáticamente con pensamientos, sentimientos, actitudes y palabras que corresponden a un “sistema de creencias” y según este, podrá tener la enfermedad una evolución diferente o no al pronostico que es dado por el medico.
Llamamos “sistema de creencias” a: Un conjunto de ideas o pensamientos, que fueron elaboradas y aceptadas como incuestionables por nosotros mismos y quedan impresas en lo mas profundo, sin permitirnos muchas veces, darnos cuenta siquiera de que existen y de su poderosa influencia sobre nuestros sentimientos y conductas.
La mayoría de ellas son generalizaciones sobre nuestro pasado e interpretaciones equivocas y limitantes para con nosotros mismos.

Ej: Un paciente recibe un diagnostico sobre una enfermedad incurable, e inmediatamente recuerda que su padre también la padeció, y desde ese recuerdo imagina que su destino será igual que el de su padre, que esto se encuentra en sus genes, y no podrá hacer nada por cambiarlo, condenándose así a un pronóstico anticipadamente.
En este caso como en cualquier otro, tanto el paciente como quienes lo rodean, pueden favorecer o no a que esta persona quede paralizada por el miedo, o aceptando sin cuestionamiento alguno a este diagnostico y pronostico, o bien intente salir fortalecido de la enfermedad obteniendo un aprendizaje de vida a partir de ella.

Según las últimas investigaciones, es acertado considerar que la evolución de una enfermedad, depende en un gran porcentaje, de cada sistema de creencias.
Este descubrimiento tiene su sustento en la PNEI (psiconeuroendocrinoinmunologia), la cual evidencia la incuestionable interconexión entre nuestra mente,  nuestro sistema nervioso, endocrino, e inmunológico y el impacto que ejercen sobre nuestra salud y calidad de vida.
De esto se desprende la siguiente afirmación: El sistema inmunológico puede condicionarse bajo el control del sistema nervioso, y este ultimo reaccionara a nuestros pensamientos e interpretaciones de percepciones externas, generando emociones que se transforman en sustancias químicas, que influyen en nuestro sistema inmunológico y en otros mecanismos de curación del cuerpo. Contamos, internamente, con una droguería al menor costo, alta calidad y eficacia.
Pero es necesario aclarar la importancia de la aceptación del diagnostico recibido porque para lograr un cambio, debemos primero aceptar el acontecimiento, la negación solo hará que la enfermedad avance en otro sentido, silencioso y profundo.
Se trata de aprender a VIVIR, de otra manera.
Stella Maris Maruso* dice: “Debemos aceptar el diagnostico pero no su pronostico” cuando este no es el que deseamos.
Las certezas las dejamos en manos de Dios.
Para finalizar es importante resaltar, el poder de nuestra mente, y cuanto podemos lograr en cuanto a calidad de vida durante el transcurso de la enfermedad, aprendiendo a vivir plena e intensamente
Algunas técnicas que pueden auxiliarnos para producir cambios en nuestro sistema de creencias y este influya saludablemente en nuestro cuerpo (además de la asistencia médica) son:
Meditaciones guiadas
Ejercicios de relajación a través de la respiración.
Visualizaciones.
Reiki
Yoga
Terapia psicológica.
Ejercicio físico.

Lo mejor seria que no lleguemos a un estado de enfermedad para darnos cuenta y poner en práctica la capacidad de conocer y controlar nuestros pensamientos y lograr un estado saludable.
La definición de SALUD según la OMS: no es solo la ausencia de enfermedad, sino el pleno estado de bienestar psíquico, físico, social y espiritual.


Bibliografia consultada: “El laboratorio del alma” de Stella Maris Maruso.
*(tanatologa, fundadora y directora de la Fundación Salud de Bs. As. Argentina, y otras)


                                                                               Tania D’Andrea
                                                               e-mail: psi.taniadandrea@gmail.com